L. ÁLVAREZ
Cada rincón del Santuario de de Nuestro Padre Jesús de la Salud estuvo anoche lleno. Faltaban sillas para escuchar el pregón que José León Castro dedicó a la Hermandad de los Gitanos. El compositor de Villanueva del Ariscal no escatimó en palabras llenas de sentimiento en la XXVI edición del pregón, y recordó con añoranza su infancia y su primer encuentro con el Cristo de la Salud en la Plaza de la Alfalfa, hace ya treinta años: "Allí me encontré contigo, cuando una nube de incienso se esparcía y el sol te hacía aún más moreno. Desde aquel día, fuiste el mío para siempre".
Acompañado por la Banda de Música de las Nieves de Olivares, y tras los compases de La Saeta, José describió con maestría el recorrido de la cofradía, y recordó a cada artista que ha otorgado su cante al Cristo, haciendo mención destacada a Manolo Mairena.
Al finalizar el pregón el Hermano Mayor Pepe Moreno agradeció a José León su entrega y le obsequió con un saquito de canela y clavo, y es que "canela y clavo es lo único que me pidió Pepe que llevara el pregón", aseguró el pregonero.
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